LIQÜID, LA CIUDAD Y LA MEMORIA (INAUGURACIÓN-2013)

Nombre de la obra: Bruma que abruma

“Bruma que abruma”

Podemos decir que si alguien o algo deja clarificado que el concepto de obra de arte remite a una esfera de uso común, ese alguien es Olmedo Alvarado y ese algo es su obra<< Bruma que abruma>>, ya Platón entendía que el saber está sometido al uso de quien ha de usar la obra y por tanto dependería de su saber. Estas significaciones se depuran cuando la experiencia lúdica del arte se encuentra a disposición del público-jugador el momento que la sólida estructura de la obra se oferta para que este actúe como más le complazca.

Desde esta perspectiva resulta encantador la persuasión a participar de la fiesta, más aún cuando entendemos el desarrollo festivo como Hans-Georg Gadamer lo entiende, como la única manera en donde aflora el acto creativo del arte; “tiempo de fiesta” distanciándose del “tiempo de trabajo”, acto individual y mercenario en donde cobran vida otros intereses, en tanto así, resulta muy refrescante la invitación a participar del carnaval, o más bien de la forma en que los ecuatorianos jugamos el carnaval, fiesta popular que desarticula cualquier intento de penetración de la “razón razonable” de occidente céntrico y que gracias a los Estudios Culturales Latinoamericanos y a teorías como las de la “Carnavalización de la Cultura” nos han hecho comprender que nuestra forma de constituir nuestras subjetividades es diferente a los centros.

A la lúdica acción se le suma todo un mecanismo que el artista elabora y que permite reproducir el rocío, en una ambientación-instalación que somete al visitante a la arriesgada tarea de agudizar los sentidos en un mundo como el moderno acostumbrado al uso de la investigación científica para explicar todos los problemas de la humanidad.

Este trabajo ratifica de una manera peculiar, el poder de los sentidos en un mundo cuantitativo donde el “calculo y el objetivo” han sido la esencia misma para su desarrollo, desde que el paradigma cartesiano ha pretendido regular los relojes históricos del mundo, la importancia de lo sensorial como una ruta paralela a la lógica de la razón, instaurada por el fracasado proyecto moderno y que en este trabajo se presenta como la única vía posible que proporciona otra manera de pensar una “lógica de la sensación” parafraseando a Deleuze en su ensayo de la obra de Francis Bacon.

Hernán Pacurucu.

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LIQÜID, LA CIUDAD Y LA MEMORIA

Olmedo Alvarado participa en la exposición organizada por el Parque Museo del Agua YAKU, en calidad de artista invitado para la exposición de carácter internacional denominada "Liqüid, la ciudad y la memoria" que se inauguró en el mes de septiembre de 2013 y permanecerá hasta diciembre del año en curso.

Museografía de la propuesta

"Bruma que abruma"

Es una propuesta contemporánea que nace como respuesta a las fronteras delimitadas por la arquitectura, pintura, escultura que entre otras, forman tradicionalmente las Bellas Artes, incorpora como componente de la obra, al espectador que lúdica y performáti-camente explora nuevos territorios para hacer del museo un espacio vivo en el cual hay mucho todavía por descubrir y encontrar respuestas a las interrogantes de cada uno de ellos, se trata de crear espacios libres para ser percibidos por los sentidos de los visitantes. Al crear el artista construye un espacio emancipado de la dominación política - económica, en el cual libera lo decretado por el calendario y sus fechas preestablecidas creando un espacio de fiesta permanente.

La obra está compuesta por dos piezas que interactúan entre sí:

La primera recuerda una fiesta popular (intangible) que se resiste a desaparecer. Para conseguir este objetivo se construirá un pedestal de madera lacado de color blanco, en la parte superior se recortará un circulo en que anclará la fuente redonda de vidrio transparente, la que servirá para recargar con agua los dispensadores que manipulará el público, esta fuente estará iluminada de color rojo desde el interior para que proyecte el movimiento del agua que se produce en la fuente. Sobre ésta, colgará el surtidor de agua que controlará el flujo del líquido sobre la fuente, los excesos del agua serán conducidos por tubería o manguera fuera de la sala de exposición.

La segunda pieza crea un ambiente de bruma artificial sobre la cual los espectadores interactúan y hacen conciencia de la importancia del agua en la vida diaria de los seres vivos. La obra está compuesta por tres ventiladores, por la parte posterior de los mismos un chorro de agua golpeará sobre las hélices en movimiento pulverizando el agua que caerá como una cortina de agua, que iluminado adecuadamente producirá un efecto visual multicolor. Los ventiladores están distribuidos estratégicamente en el espacio expositivo, el primero al inicio, el segundo al centro y el tercero al final, construyendo una plataforma para que interactúe el público sobre ésta.